miércoles, 5 de enero de 2011

LA CONCIENCIA

Muchos de nosotros hemos escuchado y mencionado la palabra conciencia; pero ¿que es lo que sabemos de ella?

Etimológicamente conciencia significa:
Según un diccionario de Internet:
- f. Conocimiento que el ser humano posee sobre sí mismo, sobre su existencia y su relación con el mundo. 
- Conocimiento detallado, exacto y real de algo:
conciencia social, medioambiental.
- Capacidad de discernir entre el bien y el mal a partir de la cual se pueden juzgar los comportamientos:
remordimiento de conciencia; tengo mala conciencia por haberle mentido.

Según la real academia de la lengua española:
(Del lat. conscientĭa, y este calco del gr. συνεδησις).
- f. Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.
- f. Conocimiento interior del bien y del mal.
- f. Conocimiento reflexivo de las cosas.
- f. Actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto.
- f. Psicol. Acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.



Pero la conciencia va más allá que una simple deducción o mención. Es un estado donde podemos presenciar y percibir sin la necesidad de agredir o irrumpir con los demás. Es el principal motor para que nuestra vida sea benéfica o miserable. La conciencia es algo que se ha vuelto inexistente atreves de estos cientos de años. Pero no solo nosotros hemos desaparecido nuestra conciencia de ser, de vivir, de soñar, etc.; si no también energía que no pertenece a este planeta o nivel dimensional (mas adelante hablaremos de estos seres) que ayudan a cegarnos para no permitirnos ver la realidad. Que no se caiga en la comodidad de echar culpas a segundos como se ha hecho costumbre,  ya que nosotros somos los que decidimos y los que fijamos las metas que queremos.



¿Cómo se ha perdido la conciencia?

Gradualmente nuestro estilo y modo de vida se ha vuelto embaucada e impuesta desafortunadamente con influencias innecesarias y que particularmente tomamos modelos a seguir (supremos, primermundistas o civilizados), remontándonos a la conquista (que fue el principal eslabón para esta cadena de tortura y desaparición de maravillosas costumbres del antiguo México) en la que nuestra civilización nata fue invadida y esclavizada imponiendo costumbres e ideas que no corresponden a nuestras tradiciones y que al paso del tiempo fueron forzosamente ganando terreno por el simple hecho de ser los conquistadores de una batalla.

Vinieron a darnos perfumes y para quitarnos la recapitulación y la unión universal,  nos dieron calzado para quitarnos el conocimiento de plantas, animales y movimientos de poder,  nos dieron vestido y pudor para quitarnos la libertad de ser y el arte de vivir…



Con la ayuda de la religión católica que empeoro la situación nativa y llevándonos a lo que hoy conocemos como “Nación”.



El materialismo, la banalidad, el ego, la importancia personal, el apego; que está en todo el mundo es prácticamente lo que hace morir la conciencia del hombre, es lo que hace que le demos valor a cosas que no lo tienen, a tomar ideas que no tienen sentido y que fácilmente se desvanecen a crearnos ilusiones que nos llevan a un callejón sin salida, es eso que se llama “estabilidad económica” lo que hace que desequilibremos todo nuestro sentido de vivir en armonía.  Y esto con el único propósito de consumir nuestra energía atreves de la conciencia.



Pero no todo está perdido, si nosotros tenemos las ganas y la convicción de querer volver a tener conciencia absoluta (no la que te digan que tengas) hacia la vida podemos quitarnos las mascaras y las vendas que nos han impuesto, nosotros tenemos el PODER de conocernos y saber quien somos en realidad, de dónde venimos y a que venimos. Lo que importa es que haya esa actitud y esas ganas de VIVIR COMO SE QUIERE y no como uno puede. Por medio del INTENTO Y VOLUNTAD,  recapitulación, del desapego, eliminando la importancia personal y sobre todo teniendo el valor de enfrentarse a uno mismo, teniendo el valor de ser un Guerrero para poder luchar contra nuestra farsa y mirar hacia uno mismo y tener el control total de nuestro espíritu. Este es el momento, el hoy, el ahora y tú decides en que gastas ese tiempo.



Angélica Trujillo

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